“La historia del franquismo es una historia mítica, y el mito es peligroso porque impide el principio de realidad; y la gente no ve la realidad”
“La lucha democrática en el
Tardofranquismo” fue el título de la conferencia que ayer, en la sede de
la Sociedad Cultural Gijonesa, pronunció María Teresa de Borbón-Parma y
Bourbon- Busset, doctora en Sociología, disciplina de la que fue
profesora en la Universidad Complutense de Madrid. Su hermano Carlos
Hugo de Borbón-Parma fue desde 1975 hasta su fallecimiento, en agosto de
2010, el pretendiente carlista al trono de España con el nombre de
Carlos Hugo I.
–¿El “asunto” de Cataluña se puede considerar la quinta “guerra” carlista?
–No, pero tiene que ver, eso sí. El
carlismo siempre ha defendido la autonomía popular en cuanto representa
la nación en su profundidad, con sus mitos, sus esperanzas y su
historia. El Estado es una superestructura necesaria, pero no tiene que
negar la nación, y es lo que ha ocurrido en Cataluña. Pero guerra
carlista, no. La gente no ve la historia de nuestro partido, que es muy
interesante. El inicio es la negación de los fueros, y qué son los
fueros: pues son los derechos de los pueblos de España y el fuero es la
identidad de un pueblo. Por tanto, es su primera libertad. El carlismo
ha considerado que tenía que cuajar en política en un federalismo, en un
pacto de los pueblos con el rey o con quien estuviese al frente del
Estado. Y lo creyó tanto que libró tres guerras en el siglo XIX. A
nosotros se nos ha tildado de inmovilistas, en cuanto que un pueblo que
lucha tiene un instinto ideológico muy fuerte y solamente se rinde a
novedades cuando quienes le representan son dignos de confianza, hombres
y hechos, pero no fue así. Hay unos políticos muy poco dignos de
confianza, hay unos hechos absolutamente escandalosos, como la
confiscación de las tierras comunales, que permitían vivir a las
comunidades campesinas, como el robo de los votos populares, la negación
de los fueros… Algo que la base carlista no podía aceptar.
–¿Fueros son privilegios territoriales?
–No, en absoluto, aunque la derecha así lo quiera tildar. Fueros son el derecho de un pueblo a su propia identidad.
–Da la sensación de que en España
llevamos doscientos años, desde la Constitución de 1812, sin solucionar
un problema que otros países solventaron hace mucho tiempo: el paso del
Antiguo Régimen al Estado liberal y parlamentario, de ahí las tres
guerras carlistas de las que habla, a la que añado la cuarta: la Guerra
Civil…
–Tiene usted razón, los países de Europa
han logrado ese paso, Francia con una revolución muy violenta. En
España, efectivamente, después de un régimen autocrático como fue el de
Franco es lo que querían muchos partidos, pero, ¿por qué no se logró? Lo
que dijimos nosotros fue que antes del consenso democrático se hubiera
debido pedir a todos los partidos que habían luchado contra el
franquismo qué régimen político querían: monarquía o república, qué
régimen territorial: Estado unitario, federal o confederal, y qué
régimen económico. Esto le hubiera dado mucha más solidez al consenso,
pero no se hizo, quizá no era posible, pero así es que esta España
democrática tiene lastres antiguos que se están viendo ahora con la
cuestión catalana. Los problemas de España son territoriales, religiosos
y políticos que se han podido resolver medianamente; en el político
hemos pasado a un Estado tipo europeo, pero no hemos resuelto el
problema territorial y a penas el religioso.
–Y en el laberinto español surge ahora con fuerza la extrema derecha. Es decir, ¿el problema catalán lo está contaminando todo?
–Estoy de acuerdo y eso es lo que acabo
de decir, la problemática no está resuelta y mientras no lo esté habrá
surgimiento muy fuerte de un partido o de otro en los extremos. La
historia del franquismo es una historia mítica y el mito es peligroso,
impide el principio de realidad, la gente no ve la realidad, por eso da
saltos muy peligrosos de un lado a otro.
–¿La decisión del Gobierno del
PSOE de sacar los restos de Franco del Valle de los Caídos ha despertado
un fortísimo franquismo sociológico?
–En efecto, pero lo de sacar los restos
me parece una tontería. Los restos del franquismo hay que sacarlos
políticamente, hay que sacarlo de la sociedad española a base de cultura
y educación, pero sacar los restos de Franco es para deslumbrar a la
opinión pública y para no hacer lo necesario.
–Vuelvo a la Sociología. ¿El auge
de los populismos tanto de izquierda como de derecha tiene que ver con
el fin del Estado de Bienestar que en Europa se estableció después de la
Segunda Guerra Mundial como contención a la Unión Soviética?
–Creo que tiene razón, pero hay otras.
Los pueblos de Europa están buscando otra salida, la democracia supone
un avance continuo y no es así, ha retrocedido social y políticamente.
Entonces, la reacción es achacar a alguien la culpa, y la culpa es
Europa. Yo soy proeuropea, pero es cierto que Europa no obedece a los
principios democráticos, hay una confusión, poca claridad y conexión con
la base europea, lo que es un caldo de cultivo para la ultraderecha.
Pero a la ultraderecha no hay que combatirla con adjetivos horrorosos,
hay que combatirla con la cultura popular, que es lo que no se está
haciendo, desde luego, en España.
–¿Qué relación hubo en la lucha contra el franquismo entre el Partido Carlista y el Partido Comunista?
–Hubo mucha relación por una razón: ambos
eran partidos auténticamente populares. Había un enemigo común y
también una meta común.
–En la Guerra Civil lucharon en bandos contrarios…
–Ambos lucharon por sus ideas. Lo que les
diferenciaba era la religión. A lo largo de la historia el pueblo
carlista ha considerado a la religión católica como un bien del pueblo y
como tal lo han defendido, lo que explica su beligerancia, pero nunca
hemos caído en el integrismo, ni la dinastía ni el pueblo carlista.
–¿Por qué el carlismo no obtuvo buenos resultados electorales en la Transición?
–No teníamos amarres en el extranjero ni financiación y tampoco fuimos legalizados a tiempo como lo fueron otros partidos.
–El carlismo también estaba dividido…
–El Partido Carlista estaba muy unido y los que nos atacaron no fueron carlistas…
–¿Habla de Montejurra?
–Claro, fueron guerrilleros de la ultraderecha, bandidos muchos de ellos extranjeros.
Entrevista a
MARÍA TERESA DE BORBÓN-PARMA Y BOURBON-BUSSET | Doctora en Sociología, publicada en 'La Nueva España' (2019/03/21) en Gijón
J. M. Ceinos
0 comentaris:
Publica un comentari a l'entrada